Poesía propia: «Por aquí»

Si, otras personas lo harán mejor,
Después de mí, antes o ahora,
¿Quiénes atraviesan estás paredes?
Por aquí no hay mantos ni detrás la flor…

El piso siempre está mojado,
La humedad enmohece todo y los pulmones lo saben,
Los niños se ahogan a veces,
Y las madres testarudas gritan creyendo en el fin.
A tres casas el susurro aún se escucha,
Estás paredes apenas sostienen la ilusión de una casa,
Las viejas desconocen la psiquiatría y sospechan en la iglesia lo dicho por un pastor tartamudo, quien no conoce la comprensión lectora,
Por eso señala: «alguien se endiablo»,
Ignorando la psicosis por droga, o la locura del hambre, o del fracaso…
Las hijas repiten el concepto de la madre,
El infierno de Dante es el mundo,
Lo vemos si estudiamos geografía,
Los lobos matan humanos,
Sin embargo, enseñan, por más que no lean ni escriban,
Nunca vi más humanidad que entre está «paria» con parlantes de cumbia,
Cómo los conoces,
Hay un infinito amor…
Hay un infinito aguante…
Hay una infinita entrega,
Sin prejuicios, ¿Haces algo ilegal?
No importa hermano… «Vos sabés veneno bandido que esto no es coca»,
Estos lobos, mis lobos, yo lobo,
Nos quedamos sin sistema nervioso,
La policía y el fiscal piensan que no tenemos derechos,
¿Saben ellos que el lenguaje es el límite del pensamiento?
No creo, sino, no serían policías o fiscales,
Sin embargo, cuando un «negro» habla, extingue sus derechos,
Veo gente juzgada con las leyes de un sistema al cual nunca se insertó ni insertaron.
Pero está poesía,
No es angelical,
Ni tierna, ni amiga,
El barrio no es amigo del barrio,
Hay rangos y viejas chusmas,
Y la maldad apoyada en la ignorancia no conoce límites,
Sin embargo, entre estos me siento querido,
Y puedo contar cualquier problema,
Ellos me ofrecerán drogas y alcohol, mucho alcohol,
Porque «vos sabe», «veneno que no es coca».